Día 20: Pendientes de un hilo

Superglú dan un poco de miedo, pero son unos buenazos.

Mañana nos vamos a tocar a A Coruña, con los Superglú, así que hoy teníamos que quedar para preparar el repertorio. El disco tiene 11 canciones, pero tenemos otras tres más, de las que nos habíamos olvidado completamente, así que nos las hemos inventado, Loza ha improvisado unos coros, y el único punto negativo: No se puede tocar la batería o la guitarra a la vez que la pandereta. Ya empezamos a no respetar los arreglos del disco.

Mientras, Dani, continua, cual ermitaño, mezclando los temas. He estado hablando con él hace un momento y efectivamente: ¡Aunque no queramos nos salen los discos cañeros! ¡Adiós a las radiofórmulas!

Después de comer, Miguel y un servidor fuimos a la oficina de EMI, para definir algunas cuestiones fundamentales, el presupuesto total del proyecto, la redacción de contratos, etc. Para eso tenemos a nuestro productor ejecutivo, Jesús Oñate, una "rara avis" en este negocio, todo corazón y , valga el pareado, siempre al pie del cañón, y a Santi Menéndez, el director general, que ya fue mi editor hace años en Warner Chappell, y de quien no digo lo que pienso para no parecer un pelota irredento.

Hemos estado por allí dando la brasa unas tres o cuatro horitas, y digo que estamos pendientes de un hilo porque tenemos que apretarnos tanto el cinturón que parece una muñequera. Ha sido una reunión intensa, con sus discrepancias iniciales y su acuerdo final. Ya podían aprender los del estatuto.
Pero tranquil@s, todo sigue su curso como está planeado, y marzo sigue siendo la fecha de salida. Aunque hasta que no vea el disco en la tienda, no lo crea.

Una aburrida nota informativa:

EMI publishing, no es la discográfica EMI, sino la editorial, de forma que nuestro lanzamiento no es algo habitual, y si bien contamos con un presupuesto y unos objetivos modestos, al menos tenemos la posibilidad de trabajar con unas perspectivas a medio plazo, cosa extraña en esta industria. Las compañías discográficas buscan recoger beneficios lo más rápido posible, y se arriesga muy poco dinero en artistas nuevos o minoritarios. Como nosotros.
Tal vez esto explique porqué en este país Mars Volta, the Strokes, o Primus, por mencionar unos pocos, jamás conseguirían hacer una carrera, mucho menos abrirse camino al éxito. Hubieran mutado en una orquesta veraniega, o se hubieran dedicado a la especulación inmobiliaria.
Es como si sólo se invirtiese en I+D en inventos que ya estuviesen inventados: ¡Una chorrada!
Pero basta ya de sacarle los trapos limpios a la industria (si, creedme, los sucios son tan infames que ni yo quiero saberlos).

¡Ojalá podamos dominar ese juego y no que nos domine a nosotros!

Y nada más, mañana estaremos de viaje, tocaremos como a las 12:00, y no creo que tengan internet en el camerino del Playa Club, así que me despido hasta el sábado.