El exitómetro marca valores muy extraños últimamente Aparte de la escasa estatura y de un flequillo rebelde en la adolescencia no tengo nada en común con Michael J. Fox, una de cuyas películas homenajeo en el título de esta sentida confesión.
Trataré de explicar la situación en la que se encuentra el proyecto conocido como ZIA, y de relatar para la posteridad la secuencia de acontecimientos que la produjeron, por mucho que la posteridad se introduzca los dedos en los oídos mientras grita “¡No te escucho!¡No oigo nada!¡Laralaralaaa!”
Decíamos ayer…
Después de una última reunión con Santi, el director general de EMI Publishing, en la que habíamos escuchado el primer master de la grabación, parecía que si bien no íbamos a contar con un gran apoyo económico, sí teníamos la calidad del material, y la dirección ejecutiva de Jesús, quien entonces trabajaba en EMI y que había sido nuestro mayor valedor hasta ese momento, y en cierto sentido era nuestro cerebro en lo que al negocio se refiere.
Lamentablemente, Jesús tuvo que dejar la empresa y, a principios de febrero, es decir, un mes antes de la fecha prevista para la salida del disco, nuestro proyecto discográfico se vio privado de su productor ejecutivo, precisamente en el momento en que todas las gestiones que se atribuyen a ese puesto debían realizarse. Sin un reemplazo inmediato la situación paso de “Alerta amarilla” a “Alerta marrón oscuro”
El Plan de usar la editorial como sello discográfico no era mi Plan B, era el Plan E, por lo menos…Ninguna compañía había mostrado interés por nosotros, carecíamos de amigos capitalistas dispuestos a dejar de serlo, y los números rojos de nuestras cuentas bancarias imposibilitaban la autoedición. Y después de acabar el disco, no me encontraba con las fuerzas suficientes como para replantearlo todo desde cero.
Durante tres años había invertido todo lo que sabía sobre el negocio en este proyecto y bien porque el escenario había cambiado, bien porque realmente nunca supe muy bien de que iba la vaina, me había quedado, por primera vez, sin ideas sobre cómo seguir adelante.
Continuará…